
Una primera lengua, lengua materna / paterna / parental, se define como una lengua a la que una persona ha estado expuesta desde su nacimiento o durante el período crítico de su desarrollo. El español es mi lengua materna. Es el idioma en el que pienso, en el que sueño, en el que me siento cómoda hablando con un vasto vocabulario. Al salir de la isla, el inglés se convirtió en el idioma que utilizamos para trabajar, para comunicarnos con los vecinos y con las amistades de otras nacionalidades, en fin es mi segundo idioma. A todo esto debemos añadir una subcategoría bajo el español; es el español puertorriqueño.
¡Que diferente hablamos las personas hispanas! Al exponerte entre tantas nacionalidades que hablan tu mismo idioma te das cuenta lo diferente que puede ser en muchas ocasiones una misma lengua. Incluso si necesitas utilizar el español para trabajar, te tienes que cuidar del significado de lo que estás diciendo para esa otra persona. Recuerdo que en una ocasión estaba trabajando en una convención donde ayudaba a las personas que no hablaban inglés a registrarse y orientarse de las actividades programadas. Mientras atendía a un señor mexicano le dije “ve a la mesa y coge un panfleto” entonces su rostro se desfiguró, debí decirle “agarre”, pues cojer para ellos significa “actos sexuales”. Desde entonces, siempre estoy pensando antes de hablar.
Otro día invitamos a “janguear” a nuestra casa a unos amigos músicos mexicanos. En esa ocasión sabía que tenía que explicar lo que esa palabra significaba y desde entonces cuando ellos quieren salir nos invitan a irnos de “jangueo”. Ese día fue interesante por demás. Cuando llegaron, ellos querían unas “chelas” (cervezas) mientras que nosotros queríamos unos tragos con “jugo de china natural” (jugo de naranja). Yo, como todas las ocasiones en las que recibo visita, me puse a cocinar, les preparé un “pernil” (puerco) con arroz blanco y “habichuelas” (frijoles), “tostones” (plátano frito) y quedaron encantados con “el mayo ketchup” (salsa rosada). Cuando les presenté el “coquito”, lo más cercano que tenía para comparación es lo que se le conoce en inglés como “Eggnog”. Definitivamente no hay otra palabra para tan deliciosa bebida, pero créanme que terminaron conociéndolo a la perfección.
¡El español de Puerto Rico es casi un idioma por sí solo! Tiene influencias tainas, africanas, españolas y estadounidenses. Con todas esas influencias, no es extraño que tengamos tantos regionalismos. Te cuento que ahora que vivimos fuera de la Isla, comenzarás a utilizar otras palabras que normalmente no usarías, mezclarás los idiomas (inglés y español) y hasta probablemente incorpores palabras de otros idiomas a tu diario vivir. Sin embargo siempre saldrá un “cuida’o”, “presenta’o” en cualquier conversacion, así como también arrastrarás la R pues es una característica del lenguaje boricua muy generalizada en la población. Debemos sentirnos orgullosos de nuestra lengua, así como sentimos orgullo de nuestra música, comida y cultura.